Facebook, China y las ‘bitcoin’ geopolíticas

La batalla global por el futuro del dinero.

por | 06/01/2020

2018 fue el año en que los que habían invertido en criptomonedas vieron ganancias increíbles, se comprobó que blockchain es una tecnología con muchísimo potencial y el Bitcoin pasó a ser el centro de una conversación a nivel global. 

En 2019, Facebook sorprendió al mundo con el anuncio de su propia moneda digital. Se va a llamar Libra. Facebook, dueña de Instagram y de Whatsapp, tiene miles de millones de usuarios. Podrías mandar y recibir plata por cualquiera de sus apps de mensajería, o también hacer compras, sin necesidad de una tarjeta de crédito. Todo esto sin usar ni dólares ni euros ni pesos, sino plata que imprime y controla directamente una empresa privada. A la gente le da miedo: Donald Trump dijo que “no es una moneda de verdad, no está basada en nada”. Francia y Alemania directamente prometieron no permitir que la moneda entre a la Unión Europea. “Ninguna entidad privada puede proclamar el poder monetario que le es inherente a la soberanía de las naciones,” sentenciaron en un comunicado conjunto.

China, en una estrategia un poco distinta, decidió lanzar su propia criptomoneda y competir por la soberanía monetaria en este nuevo marco mundial.

Laura Shin, en su podcast Unchained, lo llama: “el año en que cripto se volvió geopolítico”.

La Moneda

El Imperio Español tenía como moneda al Real: eran monedas de plata. Poco después del descubrimiento de América y de que España se volviera la potencia más grande del mundo, pasaron a crear la primera moneda de uso realmente internacional: el Peso. La nueva moneda equivalía a 8 reales. Era más utilizada (la gente creía más en su valor) que las monedas inglesas, incluso dentro de la misma Inglaterra, y fue la primera moneda usada en lo que hoy es Estados Unidos. Ahí, lo llamaban “pieces of 8” (pedazos de ocho) o “Spanish Dollar”. 

En la práctica, estas monedas eran de denominaciones demasiado altas y las transacciones se llevaban a cabo literalmente de a pedazos, o “bits”, donde cada “bit” era un octavo de peso. Tan fuerte fue la influencia de este sistema que recién en 1997 la Bolsa de Valores de Nueva York dejó de valuar en denominaciones de ⅛ de dólar y pasó al sistema decimal.

Otra influencia importantísima que llegaron a tener los “pieces of eight” fue sobre los abuelos de la computación moderna. La unidad de información en computación hoy es el byte, que está compuesta de ocho (irreducibles) bits.

¿Y el Bitcoin? ¿y Facebook? ¿Y China?

Bitcoin

El Bitcoin y la tecnología que lo permite, el blockchain, fueron creados y publicados por un anónimo, bajo el pseudónimo “Satoshi Nakamoto”, en el 2008, justo después de la crisis financiera mundial. Ésta fue la primera criptomoneda, completamente digital y descentralizada. Ningún poder central tiene el poder de emitir o controlar la moneda; y la tecnología garantiza que nunca habrá más de 21 millones de bitcoins, lo cual hace imposible la inflación. Además, garantiza transacciones anónimas, internacionales y sin (altas) tarifas. 

Los primeros en adoptar el bitcoin fueron los que creyeron fuertemente en un futuro descentralizado para la economía global, sin gobiernos o grandes instituciones que tuvieran el poder de controlar la economía mundial en forma tan directa, imprimiendo dinero o generando deuda según sus necesidades. Lo que pasó después, haciendo especial uso del anonimato que facilita el sistema, se montaron distintos mercados de drogas y bienes ilegales. A través del más grande de estos mercados, Silk Road, circulaban unos 15 millones de dólares anualmente. 

Fruto de la confianza en que la moneda sería aceptada y utilizada globalmente, el valor del Bitcoin subió. Mucho.

Hoy, comprar 1 Bitcoin, de los casi 21 millones que hay en circulación, cuesta 7 mil dólares. En el 2010, la primera transacción de bitcoin fue de 10.000 bitcoins por 2 pizzas. Hoy, cada una de esas pizzas hubiese costado 35 millones de dólares. En el pico de valor de la moneda, en diciembre de 2018, cada pizza hubiera valido 93 millones. Los especuladores y los soñadores que apostaron temprano por esta tecnología se volvieron millonarios.

Cabe mencionar que Bitcoin no es la única criptomoneda, es sólo la primera y la más valorada. Segunda en valor está Ethereum. Cualquiera puede crear su propia blockchain con su propia moneda. Hoy existen miles de redes equivalentes a Bitcoin. Cuál será la que se adopte a futuro es de gran interés para los inversores.

Pequeño paréntesis: la tecnología que permite poner las computadoras en red se llama blockchain. Cada red está estructurada de una forma distinta, pero siempre tiene una moneda central. En este caso estamos hablando de la blockchain (la red) de Bitcoins, pero hay otras redes.

Todas las redes tampoco son iguales. Algunas cuentan con tecnologías más interesantes que otras. En particular, Ethereum se parece más a una nueva internet que a una nueva moneda. Sí, por supuesto tiene su propia moneda, Ether, pero Ethereum es una red sobre la cual se puede construir. Cientos de desarrolladores crean sus propias aplicaciones que funcionan de la misma forma descentralizada y libre que las monedas. Podríamos ver ahí una red social de la escala de Facebook que funcione sin dueños, abierta y libre.

No voy a entrar más en detalle, pero Libra -la criptomoneda de Facebook- y el Yuan digital serían un poco más parecidas a Ethereum que a Bitcoin.

Facebook 

Facebook no sería la única responsable de la nueva moneda: ya están formando un consejo “independiente” de Facebook llamado Calibra. Ahí se reunirán ejecutivos de distintas empresas (Facebook, Uber, entre otras) e inversores de capital de riesgo. Sólo se puede ser miembro de este consejo por invitación y teniendo un capital de al menos mil millones de dólares. Muy lejos del sueño de descentralizar la economía de los creadores del Bitcoin original.

Libra está diseñada para mantener su valor constante a lo largo del tiempo. Aproximadamente valdría un dólar. Usar Libras funcionaría así: Primero, le das 10 dólares a Calibra. Calibra toma esos 10 dólares y los deposita en una pila gigante de plata (digamos, 1 millón de antes + 10usd nuevos). A cambio de esa plata, Calibra genera 10 Libras nuevas. Cada vez hay más Libras circulando y más plata en el montón. Cuando querés retirar las Libras (tal vez las retire un familiar tuyo desde otro continente), Calibra te devuelve 10 dólares y destruye las Libras correspondientes. Una empresa privada garantizaría así que el valor sea constante.

“¿Qué pasa si Calibra no tiene los dólares para devolver?” Facebook por ahora se negó a responder esta pregunta.

En lugar de una red distribuida entre usuarios, con múltiples copias de todo, verificando una y otra vez que todos estén cooperando como corresponde, tener la red centralizada en una sóla empresa hace todo mucho más eficiente. No se necesitan redundancias, las computadoras de Calibra se distribuyen mejor el trabajo. Y la tecnología pasa a tener el potencial de hacer las miles de transacciones por segundo que una economía global requiere.

A la hora de establecer métodos de pago, Facebook corre con una gran ventaja: muchos usuarios activos. Junto con el lanzamiento de Libra vendrán implementaciones de la billetera digital en todos los productos de Facebook. Recordemos que también son dueños de Whatsapp y de Instagram. Solo Facebook.com tiene 2.400 millones de usuarios. Entre los tres servicios llegan a millones más. Muchísimos negocios tienen páginas en Facebook o en Instagram y podrían perfectamente hacer la transacción mediante la plataforma misma. En este caso Calibra no cobraría una tasa significativa, pero Instagram o Facebook seguramente sí. WhatsApp también sería una plataforma perfecta para transferir Libra tanto a amigos como a negocios.

Desde hace años, Facebook está llevando conectividad a comunidades y locaciones remotas. En muchas regiones Facebook es sinónimo de internet. Sin duda los primeros en encontrarle valor y uso a la Libra sean millones de personas que están fuera del sistema bancario y que están forzados a pagar altísimas tasas para enviar plata de un país a otro.

Para Facebook, en particular, el uso amplio de la Libra implica dos cosas: 1) aumentar el volumen de tráfico y de plata que circula dentro de las redes de la empresa; 2) tener acceso a información de qué consumen a diario millones de personas y ponerle publicidades relevantes.

Pero los críticos (tanto individuos como gobiernos) señalan que Facebook estaría generando para sí mismo un nivel de poder y control monetario inmenso. Un banco central tiene el poder de imprimir y quemar dinero, pero lo hace representando el interés de sus ciudadanos, o al menos eso se supone. Hay límites políticos y jurídicos. Calibra tendría ese superpoder, sin mecanismos que lo hagan responsable ante la sociedad. Como si fuera poco, los bancos centrales nacionales tienen otras limitaciones en su poder que Facebook no tendría. En el caso del privado no sólo generan la plata, si no que también son el único agente que puede procesar los pagos o habilitar cualquier tipo de transacción.

Los desarrolladores pueden construir en la red de Calibra al igual que sobre Ethereum y sin duda elegirán construir sobre la red con más usuarios y mayor estabilidad. China también querrá competir porque sobre la blockchain que haya más usuarios se crearán más páginas y aplicaciones independientes.

China

China viene trabajando en un sistema digital basado en blockchain desde hace años. El anuncio de Libra los conminó a apurarse. El gobierno anunció: “Cripto es el futuro y China tiene que estar a la vanguardia y establecer un estándar global”. China quiere una posición de liderazgo.

¿Por qué esa necesidad de establecer un estándar? China hoy es una máquina colosal de creación de infraestructura. Estados Unidos controla gran parte de la tecnología del mundo y es la que instaura todos los estándares de funcionamiento. Xi Jinping, máxima autoridad del gobierno chino (cargo vitalicio), quiere poner como prioridad armar una infraestructura económica digital.

Además, quieren que deje de haber efectivo en China. Es ineficiente, se puede robar, no permite hacer transacciones rápidas, no se puede tener tanto dinero encima al mismo tiempo, y resulta de muchas maneras incómodo. Otra gran preocupación, por supuesto, es que se puede usar en mercados ilícitos. 

China está singularmente bien posicionada porque ningún otro país del mundo tiene en la actualidad una estructura de pagos digitales que llegue a una porción tan grande de la población. En términos de educación de cómo usar estos servicios, y adopción general del sistema, no tendrían muchos problemas. En el 2018 cerca del 80% de todas los pagos fueron a través de aplicaciones para celulares como AliPay o WeChat. El objetivo de China es que tanto estos servicios como los bancos tradicionales sean compatibles con la nueva criptomoneda, cuyo valor estaría asegurado al Yuan. También prometen que se podrán hacer pagos sin necesidad de conexión a internet, tan fácilmente como con el dinero en papel.

El gobierno chino anunció que va a lanzar la nueva moneda a modo de experimento en la ciudad de Shenzhen. De funcionar bien, lo probarían en algunas ciudades más, antes de lanzarlo en su versión completa para todo el país y para todo el mundo.

Dadas las críticas recientes, Facebook todavía no está listo en términos legislativos ni de imagen de empresa para lanzar Libra. China no hace más que acelerar. Quedará para este 2020 ver si alguna de las dos monedas llega a lanzarse y adoptarse masivamente.

Referencias:
Should central banks issue digital currency? Suddenly, it’s an urgent question.
The fight over Facebook’s digital currency could change the face of banking
Sorry, but cryptocurrency will likely make you uncomfortable in 2020
Facebook’s plan to control the global financial system
Néstor en blockchain 
China says new digital currency will be similar to Facebook’s Libra